Buscó con Chamanes y Sacerdotes Ancestrales,
Médicos Brujos y falsos Lamas vivales.
Pagó fortunas a Psicólogos presumidos
buscando para sí el equilibrio...¡Que obsesión!
.
Se sentaba ratos largos afuera de su casa,
en un pequeño y viejo jardín,
se quitaba con las manos las molestas mariposas
y barría con enojo las flores secas de la bugambilia...
¡Rediez!
.
Un día soleado, observó alrededor,
no había nada nuevo, lo mismo de siempre,
¿Fue el consejo invisible de Dios?
Ahí estaban -como siempre frente a su nariz- los colores,
lo olores, todo
en equilibrio...
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