La primavera llega a los Andes y los verdes de las laderas dominan el paisaje, se funden las nieves eternas bajo el sol ardiente de mayo. Es entonces cuando el trabajo es mas ligero para Pedro el Cabrero...
Años pasaron desde que el señor Sesemann se llevó a Heidi y a Clara a la gran ciudad, y desde tiempos recientes, Pedro se ha entregado a la cerveza, la maña y los juegos de azar.
La vida no ha sido fácil desde entonces para Pedro, con la llegada de los veganos, a nadie le interesa consumir carne o leche de cabra, y debió abrir un pequeño invernadero clandestino en dónde produce cualquier cantidad de cannabis índica, para consumo propio y de los locales.
Aunque ya no lleva cabras, sigue paseando con su cencerro por los caseríos hacia las montañas, para hacer algunas ventas y pasar el rato...
¡Vaya personaje pintoresco éste Pedro el Cabrero!
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