Ya casi llegando a la ciudad, Lalo hizo una parada obligada,
se bajó de su Ford Fiesta blanco y ahi mismo a un ladito,
tiró una meada en el asfalto,
se "sacudió" un poco mientras contemplaba la luna y las estrellas
y dijo en voz baja:
"¡La vida ha sido buena!"
.
Después subió al auto,
pensó en su esposa e hijos
y retomó la ruta a casa.....
¡era un hombre muy feliz!
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