I.
Denostado, humillado, cansado, harto. Llegas a casa después de la charada del día a día. Te sientas escuchando las quejas de tu esposa acerca de tu hijo marihuano. Parece que no te importa, pero sí te importa, solo que todavía estás aturdido del ambiente externo.
II.
Llega a la mesa la esperada sopa, esa por la que luchaste, te vuelves lúcido ota vez, después de la recompensa, ya no te zumban los oídos. Aconsejas a tu chavo acerca del peligro de las drogas, y lo instas al esfuerzo...para que sobrelleve en el futuro una vida menos pendeja que lo que ha sido la tuya.
III.
Mañana lucharás por la sopa de cada día, así hasta el fin.
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