"No es tan malo" me dijiste, y me invitas a conocer tu barrio, e insistes que "no es tan malandro".
A toda hora sientes un zumbido de los autos y los claxons, de los ladridos de los perros y las calles con las casas pintadas de color pastel, y de otras en proceso de construcción. Es un lugar algo pobre, pero unido con olor a comida -asado de boda- y vistas verdes de humedades.
Los hombres viejos regresan cansados a eso de las 7 de la tarde, están hartos de siempre estar hartos. Obreros. La iluminación municipal hoy tampoco funciona.
Parece que casi nadie cree en Dios, pues la capilla vecinal está sola a la hora de la misa, dos viejitas y para de contar. Hay también muchas mujeres guerreras que salen con mini vestidos con lentejuelas, como está obscuro, se resbalan con sus tacones altos en las calles mojadas por las tinas de agua con pinol arrojadas, las aguas sucias que limpiaron las casas pastel.
Parte II. Cita contigo.
Ya estando juntos, cuando subes al auto y sintonizamos el programa "Amor solitario", de música Acosta, Buki y Temeraria en donde hacen llamadas los abandonados y piden canciones tristes. Nos gusta oir eso. El locutor se siente gurú perdonavidas y da consejos tontos de como actuar en las relaciones. Pienso que su vida misma es un desmadre.
Ya mas noche cuando regresamos del cine, rodeo tu colonia con algo de miedo, alejándome de las pandillas de cholos drogados con hongos y LSD, drogas compradas con sus becas del Bienestar.
Por fin en la puerta de tu casa, nos despedimos con besos, te bajas y resbalas también con el cloro y Maestro Limpio, ¡siempre está el suelo mojado!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario