Ir al contenido principal

Casas pintadas de color pastel.



Parte I. Conociendo el barrio.

Hay un lugar que es extraño, que es la calle donde vives, y ahí genera la energía y poca iluminación un sol tacaño. La gente se habla y cuchichea de los malos ratos del vecino, que le va mal y muy mal y cada vez peor. También me ven cuando te visito y murmuran cosas de mi, supongo.

"No es tan malo" me dijiste, y me invitas a conocer tu barrio, e insistes que "no es tan malandro". 

A toda hora sientes un zumbido de los autos y los claxons, de los ladridos de los perros y las calles con las casas pintadas de color pastel, y de otras en proceso de construcción. Es un lugar algo pobre, pero unido con olor a comida -asado de boda- y vistas verdes de humedades.

Los hombres viejos regresan cansados a eso de las 7 de la tarde, están hartos de siempre estar hartos. Obreros. La iluminación municipal hoy tampoco funciona.

Parece que casi nadie cree en Dios, pues la capilla vecinal está sola a la hora de la misa, dos viejitas y para de contar. Hay también muchas mujeres guerreras que salen con mini vestidos con lentejuelas, como está obscuro, se resbalan con sus tacones altos en las calles mojadas por las tinas de agua con pinol arrojadas, las aguas sucias que limpiaron las casas pastel.

Parte II. Cita contigo.

Ya estando juntos, cuando subes al auto y sintonizamos el programa "Amor solitario", de música Acosta, Buki y Temeraria en donde hacen llamadas los abandonados y piden canciones tristes. Nos gusta oir eso. El locutor se siente gurú perdonavidas y da consejos tontos de como actuar en las relaciones. Pienso que su vida misma es un desmadre. 

Ya mas noche cuando regresamos del cine, rodeo tu colonia con algo de miedo, alejándome de las pandillas de cholos drogados con hongos y LSD, drogas compradas con sus becas del Bienestar. 

Por fin en la puerta de tu casa, nos despedimos con besos, te bajas y resbalas también con el cloro y Maestro Limpio, ¡siempre está el suelo mojado!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pedro el Cabrero

La primavera llega a los Alpes y los verdes de las laderas dominan el paisaje, se funden las nieves eternas bajo el sol ardiente de mayo. Es entonces cuando el trabajo es mas ligero para Pedro el Cabrero... Años pasaron desde que el señor Sesemann se llevó a Heidi y a Clara a la gran ciudad, y desde tiempos recientes, Pedro se ha entregado a la cerveza, la maña y los juegos de azar. La vida no ha sido fácil desde entonces para Pedro, con la llegada de los veganos, a nadie le interesa consumir carne o leche de cabra, y debió abrir un pequeño invernadero clandestino en dónde produce cualquier cantidad de cannabis índica, para consumo propio y de los locales. Aunque ya no lleva cabras, sigue paseando con su cencerro por los caseríos hacia las montañas, para hacer algunas ventas y pasar el rato... ¡Vaya personaje pintoresco éste Pedro el Cabrero!

El Árbol de los Chicles

Domingo 6 de noviembre de 2011... Salgo a caminar en ropa deportiva a las 7:00 a.m. a la Alameda y paso por el árbol de los chicles... Me detengo a tomar una foto para postearla en este blog y hablar de alguna anécdota de mi paso a principios de los 90 por el Centro de Idiomas de la U.A.Z. (al fondo)... Al terminar de tomar la foto (arriba) veo a mi derecha una patrulla de (pinches) Pitufos regañándome por andar tomando fotos..los ignoro y sigo caminando con mi iPod, a vuelta de rueda me siguen mientras troto hasta que se aburren y se largan... . Mientras tanto, en la Alameda siguen los arrancones de borrachos del sábado, en sus Mustangs y carros gringos seguramente robados y sin placas...la "policía" no los ve -increíble-  y los dejan en paz.. . "¿Andan tranquilos no pareja?"-dijo el Oficial "Si, vámonos a buscar deportistas o viejitos que van a misa sospechosos" -dijo el otro stupid.. . Y ya no conté anécdotas del Árbol del Chicle....

Árbol de la estepa

El árbol de las miadas en la Alameda es testigo mudo en esa esquina, de las aventuras de los chavos, de ahora y de hace mucho, dados al vicio... que una vez con el pito de fuera lo sorprendió una vecina, a Patricio y echóme la culpa, "yo no he sido" con el dedo indiqué al de la orina. . No sé si fresno o si pirul, que echó raíces a pesar de ser el clima muy seco, su sombra benigna cobija las cheves en auto a las tres de la tarde, y está casi escondido del transeúnte sano, del loco y el cobarde (lo de "cobarde" fué por rima) escondido, ideal también para el pacheco... . Ha permanecido, y cuenta historias en su corteza desde tiempos legendarios de cuando desde España llegaron los conquistadores a servirse de unos vinos trepados en sus corceles azabaches, negros, blancos y mojinos... igual se miaban en su tronco, anécdotas de proezas ¡oh árbol estepario!